Se echa en falta en las distintas reuniones de los responsables políticos un análisis serio de la situación de la Educación en España, más allá de suspender, derogar o sustituir la actual ley para aprobar otra de la que no se dan apenas líneas de actuación, ni objetivos ni siquiera un diagnóstico del momento actual. El último estudio publicado por la Fundación BBVA pretende dar algunas pistas para conformar una foto fija de la Educación en España. En primer lugar la aportación pública a la misma no ha crecido desde principios de siglo. Pero como el coste del sistema se ha incrementado, el dinero que las familias destinan a la formación de sus hijos ha crecido en un 40%. A pesar del esfuerzo de las familias, la inversión en Educación en función del PIB sigue siendo menor en ocho puntos que en el resto de los países europeos, un 3,8% del PIB frente al 4,6% de la media europea.
Desde que hace veinte años se apostó por el concierto educativo, centro privado con financiación pública y se estableció que el concierto debería cubrir la educación de los alumnos que no tenían un centro público cerca de sus hogares. El modelo creció y actualmente casi el 35% de los alumnos se matriculan en centros privados. Para la Administración el colegio concertado supone un ahorro de un 40% del coste por alumno, ya que solamente financia el coste del profesorado adscrito al concierto, uno por unidad escolar, y una parte de los gastos generales. Pero no se hace cargo del resto de profesores, de las actividades, comedor ni transporte escolar.
Son, pues, las familias las que quieren que sus hijos estudien en un colegio privado las que sufragan estos costes. Y al presuponerse que son familias de mayor poder adquisitivo, los autores del informe de la Fundación BBVA se preguntan si este es el motivo de que año tras año en el Informe PISA los centros concertados obtengan mejores resultados. El origen de esta desigualdad parece estar en que el colegio público no tiene capacidad para seleccionar los alumnos, siendo además el destino de alumnos procedentes de otros países, desconociendo la lengua y la cultura española, alumnos que repiten curso y con menor ayuda tanto por parte de sus padres a la hora de hacer las tareas en casa.
Los expertos se centran en solucionar este desfase en los resultados recurriendo a dotar de más recursos a los centros públicos, algo sin duda necesario, en ir eliminando conciertos para traer más alumnos a los colegios públicos, limitando la libertad de las familias y ni una palabra en la desigualdad de la situación de los profesores de centros concertados, con menos sueldo y más jornada que sus iguales en los centros públicos, ni de la situación de las familias obligadas a sufragar una parte de su educación que a los alumnos de centro público se le da prácticamente gratis. Tampoco analizan el fracaso escolar, algo que si refleja como problema grave el Pacto Nacional por la Educación de Eduard y Carolina Punset, ni citan las conclusiones del Informe PISA por el cual a mayor autonomía del centro, mayor calidad educativa.
Sus conclusiones pasan por penalizar lo privado, aunque de mejores resultados, poner trabas a las familias que quieren elegir centro educativo como eligen centro médico, no olvidar la igualdad de oportunidades pero imponer una igualdad de resultados igualando a los estudiantes por el nivel más bajo. Tal y como dijo Bertrand Russell, “aún cuando todos los expertos coincidan, pueden muy bien estar equivocados”.