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sábado, 31 de octubre de 2015

Leer perjudica gravemente la ignorancia

A los niños, cuando son pequeños, les contamos cuentos para ayudarles a dormir. No importa que sea un cuento real o alguna historia que vayamos inventando sobre la marcha. Hay que tener cuidado con esto último porque ellos no olvidan y cuando un par de noches después nos piden que se la volvamos a contar podemos encontrarnos con que ellos recuerdan mejor los detalles que nosotros mismos. Para ayudarles a comprender el mundo y su lugar en él, los niños necesitan cuentos. A medida que van creciendo ya son ellos los que nos piden cinco minutitos antes de apagar la luz para leer unas líneas de su libro favorito. Ese libro que les ayuda a narrar y entender no solo una historia, sino su propio papel en el mundo, aunque el libro pueda ser el mismo noche tras noche.
Hay una coincidencia entre todos los expertos que los libros infantiles y juveniles son los libros más importantes en nuestra vida, los que más van a influir en nuestras vidas. Los propios padres deberían asumir que, como en tantas otras cosas, el ejemplo es esencial, y padres lectores suelen educar hijos ávidos de leer. Algunos críticos menosprecian sistemáticamente la literatura para niños, sin darse cuenta de que es una manera de transmitir valores y despertar la imaginación de los más pequeños. Hay poca literatura diseñada para los niños que no sea segregada de la de los adultos sin darse cuenta de que los niños son tan heterogéneas como los adultos. Sin embargo, en la literatura infantil se suele cuidar el sentido estético, suelen tener buenos ilustradores y a veces esas ilustraciones son mucho mejores, incluso, que la propia literatura lo que les permiten a los más pequeños inventarse la historia que acompañaría a las imágenes de un libro cuyo texto aún no pueden descifrar.
Este año el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil ha recaído en la escritora viguesa Ledicia Costas por su obra “Escarlatina, a cociñeira defunta”, próximamente traducida al castellano y al catalán y que va por su quinta edición. Las ilustraciones son obra de Victor Rivas, con el que Ledicia ya está preparando una precuela.
Como manifiesta la propia Ledicia, “las sensaciones que me provocaron los libros que leí en mi infancia fueron irrepetibles. Me encantaría conseguir prender esa luz en alguien”.

sábado, 24 de octubre de 2015

Regreso al futuro

En 1985, el equipo A, el Coche Fantástico o Falcon Crest reinaban en la televisión y en la pantalla grande Marty McFly iniciaba su viaje que le llevaría hasta la actualidad en la famosa película “Back to the future II”, estrenada en 1989, que nos anticipaba un futuro con los robocordones de la Nike Mag o con un paseo en el hoverboard pero no preveía como estaría la educación treinta años después.
Y la verdad es que no le hubiera sido fácil hacer un pronóstico porque aunque aparentemente el aspecto de las aulas no ha cambiado mucho en estos años, la aparición de las nuevas tecnologías, de los libros digitales, de las tabletas, de los propios teléfonos móviles e inteligentes ha revolucionado la manera de enseñar y de aprender.
Ahora el reto sería intentar dar un salto en el tiempo similar al que plantea Robert Zemeckis e intentar conocer cómo será la educación en el año 2045. Si nuestros políticos siguen empeñados en utilizar la educación como bandera electoral y partidista, probablemente hayamos tenido otras cinco o seis nuevas leyes de educación. Desde la LODE de 1985, hasta la actual LOMCE, hemos tenido leyes como la LOGSE, en 1990, la LOCE, en 2002 y la LOE en 2006.
Dependiendo del color del Gobierno de turno, tendremos una apuesta mayor o menor por la Educación Pública, un apoyo más o menos claro hacia los conciertos con los colegios privados que creó precisamente la LODE antes citada hace ya más de treinta años. Lo que inicialmente se planteaba como una ayuda a la educación pública, se convirtió en una opción que muchos padres eligen cada año para sus hijos, haciéndose cargo el estado del coste de los profesores y una parte de los gastos generales y los centros, es decir las cuotas de las familias, del resto de costes e inversiones necesarias para garantizar la calidad de este tipo de enseñanza.
Más complicado será adivinar el papel del docente dentro de treinta años. Hemos pasado del maestro, de las clases magistrales, a un previsible futuro sin libros, sin clases propiamente dichas, sin deberes, sin exámenes y sin profesores, que se convertirían en acompañantes y guías de los alumnos. Dado que Zemeckis no nos va a aclarar cómo va a ser nuestro particular regreso al futuro, sólo nos queda ir construyéndolo día a día con nuestro trabajo, con nuestro esfuerzo y de la mano del resto del claustro y de las familias. En cualquier caso nos emplazamos en el año 2045 y si aún existen los blogs podremos dar respuesta a todas estas incógnitas. 

sábado, 17 de octubre de 2015

Al salir de clase

En septiembre de 1997 arrancaba el primer episodio de la serie que da título a esta entrada. Si la serie se hiciese ahora se titularía “Al salir de clase, de judo, de piano, de chino,…”. Porque los niños de ahora además de pasar sus ocho horas en el colegio tienen una gran cantidad de actividades extraescolares, unas en el propio centro, otras en academias o centros públicos.
Jaume Trilla Bernet, autor de la obra “La educación fuera de la escuela”, considera que, las actividades deberían combinarse con momentos de libertad para jugar, para leer o para aburrirse. Para Álvaro Bilbao, neuropsicólogo, los niños necesitan jugar más e ir menos a clases extraescolares. Cuando un niño tiene todo el tiempo atiborrado de actividades, se cerebro no sabe entretenerse solo, no sabe divertirse. Los niños necesitan tiempo para imaginar, para inventar juegos solos y nos estamos cargando esa parte de su infancia.


Cuando los horarios de los padres y los hijos no coinciden, tendemos a recurrir al centro para que se haga cargo del niño. Por las mañanas con el servicio de madrugadores, por las tardes con las 
actividades extraescolares. Y aunque éstas se acaben convirtiendo en un medio para hacer compatible el horario del niño y el de los padres, podemos aprovechar para ocupar ese tiempo en actividades que ayuden al desarrollo del menor.
A medida que el niño crece va perfilando sus aficiones, tanto artísticas como deportivas. Es básico que el niño quiera realmente anotarse en una actividad y que, una vez iniciada, se mantenga en ella durante todo el curso. Pero deben de ser compatibles con tener tiempo para estudiar o hacer los deberes y con descansar. Y para los padres no suponen una excusa para no disponer de tiempo para jugar con sus hijos, porque sigue siendo , el jugar con sus padres, la actividad extraescolar preferida por los niños.

sábado, 10 de octubre de 2015

Primer amor, primer dolor

Al llegar a la adolescencia los jóvenes descubren el enamoramiento. Aunque los padres suelen quitarle importancia, para ellos es algo muy importante y la persona amada puede convertirse de la noche a la mañana en el centro de su vida y en el referente de sus opiniones. El papel de los padres no es fácil y solamente les queda intentar enseñarles que el amor debe de ir unido al respeto. Sin respeto nunca habrá amor. Y que amar a alguien es una decisión libre y la libertad significa no hacer algo que no quieran hacer.
Aunque aceptemos que el primer amor nunca se olvida, los jóvenes se suelen enamorar del amor, de la ilusión por otra persona a la que suelen idealizar y van conociendo poco a poco que al amor también es inseguridad, timidez, miedo, dolor además de alegría y un medio para integrarse en el mundo de los adultos. De ahí el título a esta entrada tomado de la novela de José Luis Martín Vigil.
En el aula ya empiezan a aparecer las primeras “parejas” en la etapa de infantil y no es raro escuchar a niños de primaria comentar que a un niño le gusta determinada compañera, o que aquellos dos son novios. Pero el “virus” del amor les ataca inexorablemente al llegar a la ESO y en clase el enamoramiento se asocia a estar en las nubes, a escribir el nombre de un chico o de una chica cientos de veces, a preocuparse más de su aspecto personal, de su ropa, a hablar constantemente de un amigo especial, a dejar de lado la rutina de atender, estudiar y hacer deberes para sumirse en un estado de ensoñación en el que lo único que merece la pena es estar con la persona amada. Todo lo demás, colegio, familia e incluso amigos, pasan a un segundo plano.
Para los profesores tener una clase llena de “parejitas” con sus arrebatos, con sus enfados, con sus lágrimas, no es la situación ideal. De repente ve que el alumno ideal, cumplidor, respetuoso, con las tareas al día y buenas notas se transforma en un alumno que no atiende, que no hace los deberes, y finalmente que suspende. Y el clima en el aula puede enrarecerse por problemas de celos. Pero solo queda tomárselo con paciencia, pensar que todos alguna vez fuimos adolescentes y pasamos por esa etapa de enamoramiento y esperar que el tiempo vuelva a poner las cosas en su sitio. Porque como cantaba John Paul Young, en “Love is in the air”, “el amor está en todos los sitios, en el aire, en cada suspiro y en cada sonido”.

lunes, 5 de octubre de 2015

My tailor is rich

En los años cincuenta y sesenta del siglo pasado los estudiantes tenían como idioma extranjero el francés. El idioma de la diplomacia para aprender la historia y la cultura francesa, con canciones como el “Frère Jacques, Dormez vous?” y, en una veintena de ciudades, con la Alianza Francesa para reforzar el aprendizaje como actividad extraescolar.
Pero en los setenta ya descubrimos que el inglés era una lengua utilitaria y funcional. Dejamos de lado a Molière y a su “Tartufo” o el “El enfermo imaginario” para abrazar a Shakespeare y su “Hamlet” o su “Romeo y Julieta”. Nos entregamos a la “New wave” olvidando a Serge Gainsbourg y Jane Birkin o a Françoise Hardy. El ASSIMIL nos preparaba para hacer turismo en Londres contándonos lo rico que era nuestro sastre.


Con el nuevo siglo, el idioma inglés se convierte en la barrera para acceder a cualquier entrevista de trabajo y los idiomas, en general marcan la diferencia a la hora de conseguir un empleo. Esto se traslada a la educación y primero los centros privados y más adelante los colegios públicos apuestan por un modelo bilingüe que se transformará en trilingüe en las Comunidades con lengua propia. Para los nativos digitales el conocimiento del inglés es básico por la explosión de las TIC. Ya no es solamente una asignatura, es su lengua básica a la hora de ver películas o series en V.O. bajadas en sus smartphones o en sus portátiles y a la hora de jugar con los videojuegos o seguir a los Youtubers.

Para los centros públicos el principal escollo es tener profesores con nivel de inglés suficiente, un B2, ya que no es requisito para obtener la plaza. En los centros privados, al fichar docentes por el currículo pueden exigirlo si el colegio quiere impartir la asignatura en inglés. Al final nos encontramos con muchos centros públicos bilingües donde la asignatura que se imparte en ese idioma es la educación artística, la educación física o la música, ya que el profesor encargado tiene el nivel exigido y no matemáticas o ciencias sociales.

El inglés como exigencia académica de la LOMCE se amplía con la necesidad de obtener el correspondiente certificado lo que obliga a examinarse ante un organismo independiente. Los más reconocidos a nivel mundial son el TOEFL y el IELTS, americano y británico respectivamente, aunque en España hemos apostado mayoritariamente por el First, Advanced y Proficiency de Cambridge válidos solamente en la Unión Europea. Esto ha provocado que en muchos centros utilicen ya en la enseñanza reglada del idioma el esquema que utiliza Cambridge English dividiendo la docencia en varios grupos: Reading, Writing, Listening y Speaking pudiendo impartir cada grupo un profesor distinto.