Un solo parque de atracciones europeo recibió 14,2 millones de visitantes en 2014. Los visitantes españoles son los segundos si excluimos a los visitantes locales del propio país donde está situado. La cifra tiene aún más importancia si consideramos que pocos españoles viajan de turismo al extranjero, menos del 10%. ¿Qué tiene Disneyland París para resultar tan atractivo a la hora de elegir un destino? Se podría pensar que son los niños los protagonistas del viaje y así ocurre en parte pero cada vez más parejas jóvenes, sin hijos, grupos de amigas y amigos, estudiantes de Erasmus copan las atracciones del recinto parisino.
“Ir a Disney” es un premio, un regalo de comunión, incluso un destino en el viaje de novios cada vez más apetecible. Lo cual contrasta con los precios del viaje y la estancia, los precios de los productos que se compran en el parque, las colas interminables, los horarios, el clima , los autobuses gratuitos para ir al parque que no aparecen cuando más frío hace en la parada, y, desgraciadamente, en este momento otras razones de triste actualidad.
Es habitual escuchar a padres quejarse del tiempo de espera en las colas de las atracciones, a pesar de los “fast-pass” que ya no son lo que eran, a los niños llorar porque están cansados o han madrugado mucho para hacerse la foto con los personajes disponibles y encima su atracción favorita está cerrada por mantenimiento o a las madres hacer cuentas ante los precios disparatados de los recuerdos obligados o regalos prometidos a la vuelta.
Cenar en un restaurante temático con la compañía de Mickey y Pluto, o en un hotel del Parque tiene precios prohibitivos, pero eso no parece desanimar a las familias para lo que llevar a los hijos al Parque es casi cuestión de prestigio social.
A la vuelta los niños observan las fotos con Chip y Chop y los libros de autógrafos con las firmas de sus personajes preferidos, obtenidos tras formar una larga fila, los padres, por el contrario, observan el extracto de la visa y no entienden cómo han podido gastar tanto en tan poco tiempo.