En un plazo de cinco años, en el mítico año 2020, las aulas serán más abiertas y creativas. Igualmente, el aprendizaje de los alumnos será más práctico e incluso podrían empezar a utilizarse en las aulas dispositivos las impresoras 3D y los robots educativos.
Viviremos un proceso de transformación radical de la educación con aulas más creativas y diversas con una aplicación práctica de lo estudiado en el mundo real. Los alumnos aprenderán de una manera más práctica fomentando no sólo el conocimiento y las habilidades sino también su actitud. Precisamente, esa actitud se medirá en cada uno de los proyectos que deberá realizar el alumno tanto individualmente como en grupo.
Se continuará el proceso, ya iniciado, de digitalización de las aulas: pantallas digitales, conexión inalámbrica, utilizando manuales digitales y contenidos educativos bien propios del centro o compartidos con otros colegios como el actual Aula Planeta.
Habrá que desarrollar el proceso de integración de los nuevos alumnos con la puesta en marcha de un “Induction Plan” o Plan de Acogida que haga más fácil la integración en el colegio especialmente en los alumnos que se incorporan en la ESO.
Habrá que desarrollar el proceso de integración de los nuevos alumnos con la puesta en marcha de un “Induction Plan” o Plan de Acogida que haga más fácil la integración en el colegio especialmente en los alumnos que se incorporan en la ESO.
Más difícil va a ser superar las rigideces del sistema en cuanto a la evaluación del alumno y los controvertidos deberes. Para ello deben de implicarse no solamente los docentes sino también los padres que no pueden concebir la escuela como un lugar donde se van sus hijos durante ocho o diez horas diarias para que sean educados sin asumir ningún compromiso por su parte.
Ahí tiene gran importancia la relación entre tutores y familias. Las tutorías no deben de ser meras reuniones rutinarias donde se repasen someramente los resultados del alumno o su comportamiento en el aula. Los tutores deben conseguir ese compromiso de la familia asumiendo las mismas directrices en la educación de los hijos que las que ven en el colegio cada día.
Ahí tiene gran importancia la relación entre tutores y familias. Las tutorías no deben de ser meras reuniones rutinarias donde se repasen someramente los resultados del alumno o su comportamiento en el aula. Los tutores deben conseguir ese compromiso de la familia asumiendo las mismas directrices en la educación de los hijos que las que ven en el colegio cada día.
Los alumnos deben cambiar su manera de afrontar el estudio que va más allá de una simple memorización. Hay que animarles a utilizar juegos educativos en red y a compartir proyectos en redes sociales educativas.
La escuela, en fin, va a recuperar algo que se ha ido diluyendo en estos años: el protagonismo de la formación individualizada.Todos los cambios, las tecnologías, los sistemas de aprendizaje deben de estar orientados en esa dirección.
La escuela, en fin, va a recuperar algo que se ha ido diluyendo en estos años: el protagonismo de la formación individualizada.Todos los cambios, las tecnologías, los sistemas de aprendizaje deben de estar orientados en esa dirección.