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sábado, 23 de abril de 2016

De los expertos, líbranos Señor

Se echa en falta en las distintas reuniones de los responsables políticos un análisis serio de la situación de la Educación en España, más allá de suspender, derogar o sustituir la actual ley para aprobar otra de la que no se dan apenas líneas de actuación, ni objetivos ni siquiera un diagnóstico del momento actual. El último estudio publicado por la Fundación BBVA pretende dar algunas pistas para conformar una foto fija de la Educación en España. En primer lugar la aportación pública a la misma no ha crecido desde principios de siglo. Pero como el coste del sistema se ha incrementado, el dinero que las familias destinan a la formación de sus hijos ha crecido en un 40%. A pesar del esfuerzo de las familias, la inversión en Educación en función del PIB sigue siendo menor en ocho puntos que en el resto de los países europeos, un 3,8% del PIB frente al 4,6% de la media europea.
Desde que hace veinte años se apostó por el concierto educativo, centro privado con financiación pública y se estableció que el concierto debería cubrir la educación de los alumnos que no tenían un centro público cerca de sus hogares. El modelo creció y actualmente casi el 35% de los alumnos se matriculan en centros privados. Para la Administración el colegio concertado supone un ahorro de un 40% del coste por alumno, ya que solamente financia el coste del profesorado adscrito al concierto, uno por unidad escolar, y una parte de los gastos generales. Pero no se hace cargo del resto de profesores, de las actividades, comedor ni transporte escolar.
Son, pues, las familias las que quieren que sus hijos estudien en un colegio privado las que sufragan estos costes. Y al presuponerse que son familias de mayor poder adquisitivo, los autores del informe de la Fundación BBVA se preguntan si este es el motivo de que año tras año en el Informe PISA los centros concertados obtengan mejores resultados. El origen de esta desigualdad parece estar en que el colegio público no tiene capacidad para seleccionar los alumnos, siendo además el destino de alumnos procedentes de otros países, desconociendo la lengua y la cultura española, alumnos que repiten curso y con menor ayuda tanto por parte de sus padres a la hora de hacer las tareas en casa.
Los expertos se centran en solucionar este desfase en los resultados recurriendo a dotar de más recursos a los centros públicos, algo sin duda necesario, en ir eliminando conciertos para traer más alumnos a los colegios públicos, limitando la libertad de las familias y ni una palabra en la desigualdad de la situación de los profesores de centros concertados, con menos sueldo y más jornada que sus iguales en los centros públicos, ni de la situación de las familias obligadas a sufragar una parte de su educación que a los alumnos de centro público se le da prácticamente gratis. Tampoco analizan el fracaso escolar, algo que si refleja como problema grave el Pacto Nacional por la Educación de Eduard y Carolina Punset, ni citan las conclusiones del Informe PISA por el cual a mayor autonomía del centro, mayor calidad educativa.
Sus conclusiones pasan por penalizar lo privado, aunque de mejores resultados, poner trabas a las familias que quieren elegir centro educativo como eligen centro médico, no olvidar la igualdad de oportunidades pero imponer una igualdad de resultados igualando a los estudiantes por el nivel más bajo. Tal y como dijo Bertrand Russell, “aún cuando todos los expertos coincidan, pueden muy bien estar equivocados”.

jueves, 14 de abril de 2016

Protección de datos, protección de los menores

Hace unas semanas un colegio concertado recibía las quejas de los padres de un alumno porque en el blog del colegio aparecía una fotografía en la que se podía ver a su hijo jugando en el patio con otros compañeros. El niño tiene nueve años y los padres no habían dado el consentimiento para que su hijo apareciese en el blog en abierto del colegio. Sin embargo, ellos no tenían reparo en que el menor y sus hermanos apareciesen frecuentemente en la página de Facebook de su madre que recogía en ella la actividad de la familia en viajes o en su tiempo de ocio. La reacción del centro fue inmediata, retirar esa fotografía y sustituirla por otra en que no apareciese el menor.
Los padres de una alumna, que se acababa de matricular en un colegio procedente de otro centro, se quejaban al Jefe de Estudios porque la tutora de su curso de su hija había comentado, con la mejor voluntad de ayudar, a sus nuevas compañeras que se iba a incorporar una alumna nueva con un leve grado de discapacidad y que deberían de ayudarle a integrarse. Ese dato, como el resto de los relacionados con la salud, deberá de ser objeto de una protección especial. Los centros educativos y las personas que en ellos tienen que cuidar a los niños deben de conocer si sufren determinadas enfermedades, alergias, intolerancias, así como los informes psicopedagógicos y esos datos tienen la consideración de datos relativos a la salud y tienen una protección especial.
Situaciones como éstas, relacionadas con la protección de la imagen y protección de datos de los alumnos se suceden a diario en los centros escolares. Un profesor se sorprendía al conocer que no puede preguntar a los alumnos la profesión de sus padres, su lugar de residencia y otros datos de carácter familiar, algo que está expresamente prohibido.
La ley dice que la protección de datos está sujeta al principio de información y consentimiento. Diferencia entre los menores de 14 años, cuya utilización de datos requiere el consentimiento expreso de los padres y los mayores de 14 que pueden dar directamente ese consentimiento. El consentimiento tiene que ser inequívoco, libre, específico e informado y para una finalidad concreta y de manera expresa, en el propio cuestionario en el que se solicitan los datos o tácita, salvo que sean datos especialmente protegidos. El consentimiento puede ser siempre revocado. Todos estos principios y obligaciones se aplican también a terceros como las APAS.Los datos, por último, solo pueden utilizarse para la finalidad determinada para la que dichos datos se recogieron. Cualquier otro uso, salvo a efectos estadísticos o históricos es contrario al principio de la finalidad que deben de cumplir al recabar los datos.
Esta misma semana, el Parlamento Europeo ha aprobado las nuevas reglas europeas en materia de protección de datos. La reforma pretende devolver a los ciudadanos el control de sus datos personales y garantizar en toda la UE unos estándares de protección elevados y adaptados al entorno digital. El Reglamento entrará en vigor en unas semanas y obligará a los países miembros a modificar su legislación nacional de acuerdo con las nuevas reglas en el plazo de dos años.

miércoles, 6 de abril de 2016

Silencio, se graba

Se está debatiendo estos día en Galicia la conveniencia o no de instalar cámaras de vigilancia en los recintos escolares para prevenir la violencia y el acoso escolar. Este debate ya se dio anteriormente en Asturias y en Valencia y en general han generado un debate sobre su regulación. Mientras los responsables de los centros las aceptan como medidas adicionales de seguridad, el Defensor del Menor y los sindicatos creen que violan la intimidad de los estudiantes y de los docentes.
El estudio “La seguridad integral en los centros de enseñanza obligatoria de España”, analiza 273 colegios e institutos de España sobre la seguridad. Y el resultado es que un 25% de los centros educativos españoles tiene sistema de video vigilancia. De ellos, casi un 84 %, tienen sus cámaras instaladas en el exterior del centro, el aparcamiento, administración, la sala de profesores, los pasillos y zona de las taquillas. Y el 9,3 % de los centros que participaron en el estudio reconoció que las cámaras captaban imágenes de zonas especialmente sensibles y protegidas, como pueden ser vestuarios o servicios y el 12% no cuentan con un responsable del sistema, mantenimiento y revisión de la calidad del sistema de videograbación.
 


La instalación de cámaras de video vigilancia en un centro escolar con el fin de controlar determinadas conductas violentas, según la Ley Orgánica 15/1999, de 13 de diciembre, de Protección de datos de Carácter Personal (LPD), ha de ser una medida proporcional en relación con la infracción que se pretenda evitar y en ningún caso, debe suponer el medio inicial para llevar a cabo funciones de vigilancia, por lo que desde un punto de vista objetivo, la utilización de estos sistemas debe ser proporcional al fin perseguido, que en todo caso deberá ser legítimo.
La instalación de cámaras de video vigilancia sería una medida proporcional y justificada si se cumplen los siguientes requisitos: 1. Que se trate de una medida susceptible de conseguir el objetivo propuesto. 2. Que no exista otra medida más moderada para la consecución de tal propósito con igual eficacia. 3. Que la misma sea ponderada o equilibrada, por derivarse de ella más beneficios o ventajas para el interés general que perjuicios sobre otros bienes o valores en conflicto. La Agencia de Protección de Datos establece que la captación de imágenes por el sistema de video vigilancia debe solo adecuarse a la finalidad para la que se instalaron. Por eso, y salvo en circunstancias excepcionales, no se puede utilizar para el control de la asistencia escolar ni de de la actividad de los trabajadores de manera permanente, por no respetar el principio de proporcionalidad.
Lo más alarmante y sorprendente a la vez del estudio citado anteriormente es que en casi un 10 % de los centros se han detectado e intervenido armas. Algo que merecería un análisis pormenorizado de cada uno de esos casos y no despacharlo con un simple porcentaje.

martes, 29 de marzo de 2016

#Yoquieroayudar



Una semana después de los atentados de Costa de Marfil y de Ankara, Bruselas sufría el zarpazo terrorista en su aeropuerto y en su metro. A los pocos días un partido de fútbol en Iraq y un parque infantil de Lahore en Pakistán nos dejaban imágenes de muerte y destrucción. Con las vacaciones escolares los niños están en casa y aunque nos gustaría apagar la televisión para que no sientan miedo, es difícil aislarlos de la realidad.
Y, probablemente, tampoco sea la solución. Todos nos sentimos tristes y vulnerables. Y al igual que en los atentados de París del año pasado o en las explosiones en los trenes de Atocha, nos damos cuenta de que podía habernos pasado a nosotros. Los niños quieren saber si eso puede suceder también en nuestras calles, en nuestra ciudad y debemos decirles la verdad, sin entrar en detalles. Debemos decirles que todos somos víctimas potenciales pero, y ahí radica la importancia del mensaje, somos la mayoría los que estamos unidos contra el terrorismo apostando por la convivencia en paz, por la tolerancia y la solidaridad. Y sólo los enemigos de la libertad y de la democracia utilizan la violencia para infundirnos miedo.

Hay que dejar que pregunten libremente, hay que anticiparse a la versión que escucharán en el recreo o en el aula. Nuestro relato debe incidir en que el terrorismo no debe amenazar nuestra vida cotidiana, nuestra familia, nuestra casa, nuestras rutinas. El niño tiende a sentirse más seguro haciendo las cosas que sabe hacer y que sabe que debe hacer. Debemos mostrarnos seguros de que estamos a salvo, de que podemos y debemos continuar con nuestras vidas, con nuestros viajes, que no debemos encerrarnos en casa por miedo y que así nunca conseguirán ganar los que utilizan el miedo.
Y también debemos destacar el ejemplo de los miles de personas que tras los atentados se muestran dispuestos a ayudar y con los hastags #Opendoor, #ikwillhelpen, #PorteOuverte, o #Yoquieroayudar, lanzan el siguiente mensaje: “Para cualquiera que se haya quedado atrapado, ofrezco mi casa, comida o transporte, para quien lo necesite”.

sábado, 19 de marzo de 2016

Dejemos a los niños vivir su infancia en paz

Sunny Varkey se propuso mejorar la situación de los profesores de todo el mundo y revalorizar la función del docente y lo está consiguiendo a través de la Fundación Varkey, que organiza el Global Teacher Prize para encumbrar al mejor maestro del mundo entre más de 5.000 candidatos.
Solamente ha habido dos ediciones, contando la de este 2016, y ambas las han ganado mujeres. La primera mejor maestra del mundo fue la norteamericana Nancie Atwell http://cativodixital.blogspot.com.es/2015/05/la-mejor-maestra-del-mundo.html
Este año ha sido nombrada Hanan Al Hroub, de origen palestino, que creció en un campo de refugiados y es profesora por vocación dando clase a niños procedentes de dichos campos. Se lema es “Jugamos y aprendemos” y trata de conseguir que los chicos superen la violencia a la que han sido expuestos. Cree que la Educación es un Derecho y que los niños tienen derecho a vivir su infancia en paz.
El premio ha sido entregado en la sesión de clausura del IV Encuentro Mundial de la Educación que se celebró la semana pasada en Dubai, EAU. Este año no ha habido representación española, pero si latinoamericana, con las argentinas Inés Bulacio y Graciana Mabel Goicoechandía; la mejicana Elisa Guerra Cruz y la colombiana Katerine Franco. Y ha sido un argentino, el Papa Francisco, el encargado de leer el nombre de la ganadora y de hacer un llamamiento a la comunidad internacional para el reconocimiento a la figura del educador como la profesión más respetada de la sociedad y a la magnitud de su tarea . Para el Papa, en su discurso televisado en directo desde el Vaticano, los profesores son "artesanos de la humanidad" y "constructores de la paz".
Cuando algunos de nuestros jóvenes admiran a grandes futbolistas o a los concursantes de Gran Hermano y Gandía Shore, no estaría de más reivindicar la figura del maestro. Ponemos en manos de un pediatra a los hijos y queremos que sea el mejor preparado, el mejor formado, que tenga a su disposición los mejores medios. Y cuando dejamos a ese chico en el aula deberíamos exigir que su profesor tuviera los medios necesarios para desarrollar su trabajo. Al fin y al cabo, son los encargados de moldear el barro y hacer mejores personas. Como decía Pitágoras, “educad bien a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.

domingo, 13 de marzo de 2016

Que vienen los "knowmads"

La palabra “knowmad”, utilizada por primera vez por John Moravec, experto en la educación para el futuro, combina dos términos: know (saber, conocer) y nomad (nómada) que intentan definir las características que una persona debe de tener para afrontar los nuevos retos profesionales. Para formar a estos nuevos profesionales, los docentes deben de priorizar la innovación, despertar la imaginación de los alumnos, animar su creatividad y fomentar el trabajo en equipo.
Un knowmad será valorado por su conocimiento personal y por su ventaja competitiva respecto a otros trabajadores. Para Moravec, todo surge del paso de la sociedad industrial al cambio tecnológico actual, que dará lugar a un futuro con unos recursos humanos educados en el “aprender haciendo”. Raquel Roca, autora del libro “Knowmads, los trabajadores del futuro”, no cree” que sea una moda más, sino que se mantendrá por la riqueza de contenido y masa real de gente que tiene detrás” y sostiene que “todo aquel que viva en esta era, está llamado a desarrollar una serie de destrezas y habilidades para desenvolverse en un mundo hiperconectado e hiperdigitalizado.
Si tuviésemos que elaborar las características que deberían tener en el futuro los alumnos para triunfar en este nuevo mundo, además de las señaladas antes de ser creativo, imaginativo y colaborativo, tendríamos una lista que , probablemente, todos aplaudiríamos: personas que sepan utilizar la información y generar conocimiento con su propia marca personal, trabajar en red, conectando con otras personas y organizaciones, compartir con ellas sus conocimientos e ideas, conocer y utilizar las distintas herramientas tecnológicas para resolver problemas, estar atento a los cambios y tener capacidad para adaptarse a los mismos, aprender y desaprender constantemente con ansia de experimentar cosas nuevas y sin temor al fracaso.
Ahora el reto es ir adaptando la educación a este apasionante futuro. Que el pasado no sea una rémora que nos impida avanzar y, sin olvidar lo que somos, diseñar lo que queremos llegar a ser.

domingo, 6 de marzo de 2016

Quiero Bailar

Cuando se ofrecen a los alumnos actividades extraescolares se presupone que los niños se van a apuntar a fútbol o a balonmano y las niñas a ballet y patinaje. Desde muy pequeños, los padres inclinan consciente o inconscientemente a sus hijos en función del género, con lo que los niños ni se plantean por lo general apuntarse a la danza y las niñas van tímidamente ocupando algún puesto en los equipos deportivos.
Solamente algunos, los que además de apoyo familiar, tienen una gran confianza en sí mismos, se atreven a seguir los pasos de Billy Elliot, en la película del mismo título y estrenada en España en el año 2000 con el título “Quiero bailar”. El argumento, ya conocido, nos muestra a un aguerrido minero en las huelgas del Condado de Durham en la Inglaterra de los años ochenta, que quiere que su hijo pequeño de once años, reciba clases de boxeo. Pero lo bueno que es Billy con las piernas no lo es con los puños y un día animado por la profesora Wilkinson y por su abuela, aspirante a bailarina en su juventud, se apunta a clases de danza.
El padre cree que la elegancia y la delicadeza del ballet es esencialmente femenina y asocia la fuerza y la agresividad al género masculino y le prohíbe asistir a las clases. Y esa contradicción, que sufre Billy, entre lo que padre espera de él y sus deseos le produce una gran inestabilidad emocional. Años después saltaba a los periódicos la historia de un camionero de Gales, que vendía su casa, para poder pagar los 28.000 euros que costaban los estudios de ballet, en la Elmhurst School Dance de Birmingham, de su hijo Dominic de once años.
Nadie duda de que la danza sea especialmente útil para los niños hiperactivos, mejorando sensiblemente su capacidad de atención y concentración. Para todos los niños sirve para evitar en sedentarismo, proporciona una actividad física con reflejo en la maduración del cerebro y algunos expertos proponen que se incluya como asignatura en el colegio como lo son las matemáticas.
Pero, previamente, las familias deberán asumir que ese reparto de roles, masculino y femenino, hay que erradicarlo desde las edades más tempranas. Debemos dejar que cada niño y niña elija sus actividades de ocio sin prejuicios de este tipo. Y es que como decía el gran bailarín y coreógrafo francés, que de pequeño soñaba con ser torero, Maurice Béjart, “la danza debe de estar en las casas, en las calles, en la vida y no solamente en los teatros”. Su fundación Maurice Béjart, creada en el año 2007, promueve, desde Lausana en su Suiza de adopción, la formación de bailarines en escuelas profesionales y apoya producciones de ballet y danza.