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martes, 29 de marzo de 2016

#Yoquieroayudar



Una semana después de los atentados de Costa de Marfil y de Ankara, Bruselas sufría el zarpazo terrorista en su aeropuerto y en su metro. A los pocos días un partido de fútbol en Iraq y un parque infantil de Lahore en Pakistán nos dejaban imágenes de muerte y destrucción. Con las vacaciones escolares los niños están en casa y aunque nos gustaría apagar la televisión para que no sientan miedo, es difícil aislarlos de la realidad.
Y, probablemente, tampoco sea la solución. Todos nos sentimos tristes y vulnerables. Y al igual que en los atentados de París del año pasado o en las explosiones en los trenes de Atocha, nos damos cuenta de que podía habernos pasado a nosotros. Los niños quieren saber si eso puede suceder también en nuestras calles, en nuestra ciudad y debemos decirles la verdad, sin entrar en detalles. Debemos decirles que todos somos víctimas potenciales pero, y ahí radica la importancia del mensaje, somos la mayoría los que estamos unidos contra el terrorismo apostando por la convivencia en paz, por la tolerancia y la solidaridad. Y sólo los enemigos de la libertad y de la democracia utilizan la violencia para infundirnos miedo.

Hay que dejar que pregunten libremente, hay que anticiparse a la versión que escucharán en el recreo o en el aula. Nuestro relato debe incidir en que el terrorismo no debe amenazar nuestra vida cotidiana, nuestra familia, nuestra casa, nuestras rutinas. El niño tiende a sentirse más seguro haciendo las cosas que sabe hacer y que sabe que debe hacer. Debemos mostrarnos seguros de que estamos a salvo, de que podemos y debemos continuar con nuestras vidas, con nuestros viajes, que no debemos encerrarnos en casa por miedo y que así nunca conseguirán ganar los que utilizan el miedo.
Y también debemos destacar el ejemplo de los miles de personas que tras los atentados se muestran dispuestos a ayudar y con los hastags #Opendoor, #ikwillhelpen, #PorteOuverte, o #Yoquieroayudar, lanzan el siguiente mensaje: “Para cualquiera que se haya quedado atrapado, ofrezco mi casa, comida o transporte, para quien lo necesite”.

sábado, 19 de marzo de 2016

Dejemos a los niños vivir su infancia en paz

Sunny Varkey se propuso mejorar la situación de los profesores de todo el mundo y revalorizar la función del docente y lo está consiguiendo a través de la Fundación Varkey, que organiza el Global Teacher Prize para encumbrar al mejor maestro del mundo entre más de 5.000 candidatos.
Solamente ha habido dos ediciones, contando la de este 2016, y ambas las han ganado mujeres. La primera mejor maestra del mundo fue la norteamericana Nancie Atwell http://cativodixital.blogspot.com.es/2015/05/la-mejor-maestra-del-mundo.html
Este año ha sido nombrada Hanan Al Hroub, de origen palestino, que creció en un campo de refugiados y es profesora por vocación dando clase a niños procedentes de dichos campos. Se lema es “Jugamos y aprendemos” y trata de conseguir que los chicos superen la violencia a la que han sido expuestos. Cree que la Educación es un Derecho y que los niños tienen derecho a vivir su infancia en paz.
El premio ha sido entregado en la sesión de clausura del IV Encuentro Mundial de la Educación que se celebró la semana pasada en Dubai, EAU. Este año no ha habido representación española, pero si latinoamericana, con las argentinas Inés Bulacio y Graciana Mabel Goicoechandía; la mejicana Elisa Guerra Cruz y la colombiana Katerine Franco. Y ha sido un argentino, el Papa Francisco, el encargado de leer el nombre de la ganadora y de hacer un llamamiento a la comunidad internacional para el reconocimiento a la figura del educador como la profesión más respetada de la sociedad y a la magnitud de su tarea . Para el Papa, en su discurso televisado en directo desde el Vaticano, los profesores son "artesanos de la humanidad" y "constructores de la paz".
Cuando algunos de nuestros jóvenes admiran a grandes futbolistas o a los concursantes de Gran Hermano y Gandía Shore, no estaría de más reivindicar la figura del maestro. Ponemos en manos de un pediatra a los hijos y queremos que sea el mejor preparado, el mejor formado, que tenga a su disposición los mejores medios. Y cuando dejamos a ese chico en el aula deberíamos exigir que su profesor tuviera los medios necesarios para desarrollar su trabajo. Al fin y al cabo, son los encargados de moldear el barro y hacer mejores personas. Como decía Pitágoras, “educad bien a los niños y no será necesario castigar a los hombres”.

domingo, 13 de marzo de 2016

Que vienen los "knowmads"

La palabra “knowmad”, utilizada por primera vez por John Moravec, experto en la educación para el futuro, combina dos términos: know (saber, conocer) y nomad (nómada) que intentan definir las características que una persona debe de tener para afrontar los nuevos retos profesionales. Para formar a estos nuevos profesionales, los docentes deben de priorizar la innovación, despertar la imaginación de los alumnos, animar su creatividad y fomentar el trabajo en equipo.
Un knowmad será valorado por su conocimiento personal y por su ventaja competitiva respecto a otros trabajadores. Para Moravec, todo surge del paso de la sociedad industrial al cambio tecnológico actual, que dará lugar a un futuro con unos recursos humanos educados en el “aprender haciendo”. Raquel Roca, autora del libro “Knowmads, los trabajadores del futuro”, no cree” que sea una moda más, sino que se mantendrá por la riqueza de contenido y masa real de gente que tiene detrás” y sostiene que “todo aquel que viva en esta era, está llamado a desarrollar una serie de destrezas y habilidades para desenvolverse en un mundo hiperconectado e hiperdigitalizado.
Si tuviésemos que elaborar las características que deberían tener en el futuro los alumnos para triunfar en este nuevo mundo, además de las señaladas antes de ser creativo, imaginativo y colaborativo, tendríamos una lista que , probablemente, todos aplaudiríamos: personas que sepan utilizar la información y generar conocimiento con su propia marca personal, trabajar en red, conectando con otras personas y organizaciones, compartir con ellas sus conocimientos e ideas, conocer y utilizar las distintas herramientas tecnológicas para resolver problemas, estar atento a los cambios y tener capacidad para adaptarse a los mismos, aprender y desaprender constantemente con ansia de experimentar cosas nuevas y sin temor al fracaso.
Ahora el reto es ir adaptando la educación a este apasionante futuro. Que el pasado no sea una rémora que nos impida avanzar y, sin olvidar lo que somos, diseñar lo que queremos llegar a ser.

domingo, 6 de marzo de 2016

Quiero Bailar

Cuando se ofrecen a los alumnos actividades extraescolares se presupone que los niños se van a apuntar a fútbol o a balonmano y las niñas a ballet y patinaje. Desde muy pequeños, los padres inclinan consciente o inconscientemente a sus hijos en función del género, con lo que los niños ni se plantean por lo general apuntarse a la danza y las niñas van tímidamente ocupando algún puesto en los equipos deportivos.
Solamente algunos, los que además de apoyo familiar, tienen una gran confianza en sí mismos, se atreven a seguir los pasos de Billy Elliot, en la película del mismo título y estrenada en España en el año 2000 con el título “Quiero bailar”. El argumento, ya conocido, nos muestra a un aguerrido minero en las huelgas del Condado de Durham en la Inglaterra de los años ochenta, que quiere que su hijo pequeño de once años, reciba clases de boxeo. Pero lo bueno que es Billy con las piernas no lo es con los puños y un día animado por la profesora Wilkinson y por su abuela, aspirante a bailarina en su juventud, se apunta a clases de danza.
El padre cree que la elegancia y la delicadeza del ballet es esencialmente femenina y asocia la fuerza y la agresividad al género masculino y le prohíbe asistir a las clases. Y esa contradicción, que sufre Billy, entre lo que padre espera de él y sus deseos le produce una gran inestabilidad emocional. Años después saltaba a los periódicos la historia de un camionero de Gales, que vendía su casa, para poder pagar los 28.000 euros que costaban los estudios de ballet, en la Elmhurst School Dance de Birmingham, de su hijo Dominic de once años.
Nadie duda de que la danza sea especialmente útil para los niños hiperactivos, mejorando sensiblemente su capacidad de atención y concentración. Para todos los niños sirve para evitar en sedentarismo, proporciona una actividad física con reflejo en la maduración del cerebro y algunos expertos proponen que se incluya como asignatura en el colegio como lo son las matemáticas.
Pero, previamente, las familias deberán asumir que ese reparto de roles, masculino y femenino, hay que erradicarlo desde las edades más tempranas. Debemos dejar que cada niño y niña elija sus actividades de ocio sin prejuicios de este tipo. Y es que como decía el gran bailarín y coreógrafo francés, que de pequeño soñaba con ser torero, Maurice Béjart, “la danza debe de estar en las casas, en las calles, en la vida y no solamente en los teatros”. Su fundación Maurice Béjart, creada en el año 2007, promueve, desde Lausana en su Suiza de adopción, la formación de bailarines en escuelas profesionales y apoya producciones de ballet y danza.